La Fe Infinita

En esta vida todos deberíamos encontrar un propósito. No voy a ser arrogante y decir que éste propósito debe ser noble y enaltecedor. Con que nos fijemos un par de metas es suficiente. El asunto es que al fijarse las metas, también se re-definen las distracciones.
Siendo que la vida se nos va presentado por etapas, nuestras metas deberían tener un plazo límite, y no simplemente balas al aire sin saber dónde llegarán.

Tan fundamental, tan trillado y sin embargo tan engañoso. Perdido en las distracciones. Puedo decir que las pocas metas que he alcanzado ha sido porque me las he fijado sin quitar la vista de ellas. No obstante los que me conocen sabrán que han sido más las oportunidades que he dejado escapar perdido en las distracciones.

La semana pasada conversaba con una amiga quien me contaba la historia de su relación. Los sube y baja, los obstáculos, los desafíos, el trabajo duro, el intentar nuevamente, la fe infinita de los sueños, la emotividad de los comentarios, y finalmente la victoria. ¡Que historia tan inspiradora!
Y me contó de un acto muy tonto, que no era la primera vez que escuché, pero sí la primera vez que pude palpar.
Ella lo llamó el muro de los sueños. Básicamente, consiste en que todo aquello que quieres para tu futuro inmediato y a largo plazo lo pongas a modo de COLLAGE y lo cuelgues en tu pared. Que todos los días lo mires y te repitas a ti mismo lo que quieres, tal vez no se tenga claro cómo obtenerlo, pero una vez la meta esté establecida vas encendiendo las luces que te conducen por el camino. Eso sí, aunque no sepas cómo, debes al menos saber el orden en el que las imágenes de ese cartel dejarán de ser imágenes para ser realidad.

Ella perdió su cartel. Un día, mientras recordaban todo el camino recorrido, se dieron cuenta que cada cosa puesta en el cartel había llegado a ellos como una recompensa a la fe infinita de sus sueños y de la dedicación a ellos... una vez estos sueños cumplidos, llegó la hora, para ellos, de establecer nuevos. Ahora son ambiciosos, más desafiantes que antes... pero, ¿Qué importa cuán grandes son? ya vieron que era posible encontrar el camino, ya probaron el vino dulce de la plenitud, probaron un poco del cielo y saben que aspirar a las estrellas no es imposible, porque la fe de sus sueños es infinita.

La primera vez que escuché sobre esto del "Muro de los Sueños", yo me encontraba en cuarto con dos personas más, una de ellas quien me contaba.
En su cartel se encontraban varios elementos de entre los cuales ella pudo recordar: Un carro, un diploma y un avión.

Y recordaba esos tres porque fueron los que no alcanzó a tener. La fe te ayuda a creer en tus sueños, las distracciones le restan valor y marchita sus pétalos.

Ella había conocido a alguien que creyó más valioso que cualquier otro STICKER de su pared; su distracción absurda le costó sus sueños por alguien que no se interesó en ellos porque ya tenía los suyos.

Yo miro mi vida como un barco que zarpa de puerto seguro y navega en ocasiones por aguas profundas, y en otras por aguas llanas. De cualquier forma, mirar al horizonte, fijar la brújula en la dirección que quieres y esperar ver tierra dónde llegar toma un gran acto de fe y valentía que sólo será reconocida y galardonada si mantienes el curso a pesar de las distracciones que por cierto, no vienen de afuera.

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