El Sol de esta tierra.
Son las 7 de la mañana. Al despertar he notado que hay un sol maravilloso, así que me pongo mis pantalones "CAQUIS", que además remango en las botas para poder usar con las pantuflas. Tengo una bufanda y no sé por qué la estoy usando en realidad, porque hace calor a pesar de la mañana. Tengo un buzo gris y un sombrero que combina con mi pantalón. ¡¡¡No lo había notado!!! Mis pantuflas hacen juego con mi buzo y mi sombrero con el pantalón.
Tengo en mi mano el pocillo blanco que me regalaron de día del profesor, ¡sí... así es! soy profesor, aunque el armario diga lo contrario. El pocillo está lleno de café. Lukas, mi perro (que ya mencioné en un post anterior y muy seguramente mencionaré en futuros)sale corriendo de detrás de la casa para unirse a mi caminata matutina, la cual no es rutinaria porque los Sábados no me gusta salir de la cama, pero éste día es diferente. Éste día tiene su propio tinte, su propio tono... suave, hermoso, delicado, sensible.... Debo tener cuidado de mandar la señal correcta al universo para no alterar la paz de éste día. Éstos son los días que son propensos a convertirse en aburridores y abrumadores. Es de esos días, en los que con una mala vibra tiñes color "Grisoso" el día soleado.
Se me olvidó agarrar una bolsa para Lukas, pero, seguimos. Tenemos que subir una cuesta y el sol se enoja conmigo por el retraso a nuestra cita. ¡Maldito saco!, (Ups! Mala señal al universo) si me lo quito me encarto, y necesito prestar atención a lo que tiene que decirme.
Por fin llegué a cima. ¿Lukas?, pues, siendo él mismo, ¿No? ¡Un palo!
El café esta frío ya, pero igual no importa porque lo único que necesito es que una bebida suavice el cigarrillo que me fumaré tan pronto se me pase el agite de la subida.
Y allí estoy, sentado sobre un muro sobre mi casa, y al frente de una carretera. Al frente mio, un maravilloso mar azul lleno de Jellyfish, o "Aguamala" (como le dicen los locales), en un espectáculo tremendo porque cuando el sol baña la bahía, sus cuerpos transparentes reflejan los brillos de sol y pareciera que el cielo se hubiese re-instalado allí para hablar con todos aquellos que se detienen a escuchar, y yo estoy en primera fila. La tierra es árida, y el verdor de las montañas, o "cerros" como le dicen los locales, es ahora mono. Porque así es el sol de esta tierra, pinta de mono todo lo que ve, y pinta tanto que ennegrece.
Bendita la vida por éste momento. Bendito el sol por su compañía, bendito el cielo líquido con sus estrellas titilantes y venenosas, bendito éste saco que me protege del mal genio del sol, bendito la vista desde aquí... porque aunque mi casa éste sola desde que te fuiste... y tu ausencia se nota, no he estado solo ni un solo momento, tal vez porque no te quiero extrañar.
Picture taken from: https://i.ytimg.com/vi/-NvAgs9dFnA/maxresdefault.jpg
Tengo en mi mano el pocillo blanco que me regalaron de día del profesor, ¡sí... así es! soy profesor, aunque el armario diga lo contrario. El pocillo está lleno de café. Lukas, mi perro (que ya mencioné en un post anterior y muy seguramente mencionaré en futuros)sale corriendo de detrás de la casa para unirse a mi caminata matutina, la cual no es rutinaria porque los Sábados no me gusta salir de la cama, pero éste día es diferente. Éste día tiene su propio tinte, su propio tono... suave, hermoso, delicado, sensible.... Debo tener cuidado de mandar la señal correcta al universo para no alterar la paz de éste día. Éstos son los días que son propensos a convertirse en aburridores y abrumadores. Es de esos días, en los que con una mala vibra tiñes color "Grisoso" el día soleado.
Se me olvidó agarrar una bolsa para Lukas, pero, seguimos. Tenemos que subir una cuesta y el sol se enoja conmigo por el retraso a nuestra cita. ¡Maldito saco!, (Ups! Mala señal al universo) si me lo quito me encarto, y necesito prestar atención a lo que tiene que decirme.
Por fin llegué a cima. ¿Lukas?, pues, siendo él mismo, ¿No? ¡Un palo!
El café esta frío ya, pero igual no importa porque lo único que necesito es que una bebida suavice el cigarrillo que me fumaré tan pronto se me pase el agite de la subida.
Y allí estoy, sentado sobre un muro sobre mi casa, y al frente de una carretera. Al frente mio, un maravilloso mar azul lleno de Jellyfish, o "Aguamala" (como le dicen los locales), en un espectáculo tremendo porque cuando el sol baña la bahía, sus cuerpos transparentes reflejan los brillos de sol y pareciera que el cielo se hubiese re-instalado allí para hablar con todos aquellos que se detienen a escuchar, y yo estoy en primera fila. La tierra es árida, y el verdor de las montañas, o "cerros" como le dicen los locales, es ahora mono. Porque así es el sol de esta tierra, pinta de mono todo lo que ve, y pinta tanto que ennegrece.
Bendita la vida por éste momento. Bendito el sol por su compañía, bendito el cielo líquido con sus estrellas titilantes y venenosas, bendito éste saco que me protege del mal genio del sol, bendito la vista desde aquí... porque aunque mi casa éste sola desde que te fuiste... y tu ausencia se nota, no he estado solo ni un solo momento, tal vez porque no te quiero extrañar.
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